viernes, 13 de enero de 2012

El verdadero espíritu navideño

Unos dicen que las festividades navideñas son una fuente de estress: compra de regalos, de adornos hogareños, gastos para la cena, tiempo necesario para las novenas, etc; los empresarios sufriendo por tener que pagar el 13º sueldo, por la productividad que tiende a caer y porque nadie quiere hacer sobretiempo; el obrero sufriendo porque ese 13º sueldo no le sirve para mucho, todo se irá en un abrir y cerrar de ojos en una visita a los comercios y pese a ello quiere salir temprano del trabajo.

Lo verdaderamente cierto es que ya sea la fecha del 24 de diciembre o la del 31 de diciembre, la gran mayoria siente un fuerte recogimiento interno, profundo, unos llegan a las lágrimas y otros a una eufórica alegría.

Obviamente, mientras mas dinero se tiene, mas suculenta son las cenas tanto en calidad como en cantidad.

Se me viene a la mente las palabras de una niña del vecindario donde yo vivía cuando tenía 9 años de edad y ella unos 6 ; al preguntarle que habían comido la noche del 24 me respondió muy inocentemente, alegremente, con unos ojos que se le encendieron como tea "comimos riquisimo, mi mami preparó un tallarín de pollo..." ahora al recordar eso siento que de mis ojos quiere llover.

Me acordé de esta historia debido a que el día 25 estuvimos con mi familia en casa de familiares almorzando, otra vez una suculenta comida desde entrada, plato fuerte, postres, jugos, vinos, whisky. Mi estómago todavía estaba repleto del día anterior y ahora esto... se volvió a brindar por la paz mundial, la felicidad y unión de la familia, la prosperidad de todos, y deseando fervorosamente que el espíritu de aquel niño que nació mas de 2000 años atrás derrame sus bendiciones sobre nosotros...en ese momento me acordé... y me sentí miserablemente egoista...que fácil es donar un centavo cuando se tiene miles; que fácil es regalar una ala de pollo cuando tengo todo un pavo para cenar; que fácil es regalar toda la vieja ropa usada que ya no voy a usar nunca más...y así se puede nombrar tantas situaciones reales de nosotros, pero lo verdaderamente cierto es que las enseñanzas  de Jesús no han calado lo mas mínimo en nosotros, porque sentimos que esas enseñanzas son para quien tiene mas que nosotros: para el obrero el que debe practicarlas es su jefe, para el jefe el gerente, para el gerente el dueño de la empresa, para el dueño de la empresa el presidente de la república, y de esa manera nadie, absolutamente nadie se compromete en una verdadera gestión de cambio, de solidaridad, de vida humana.

Si todos y cada uno de nosotros nos comprometieramos a ser un poquito menos egoista, ¡como cambiaria el mundo!, pero eso es casi imposible que se de porque sencillamente siempre esperaremos que otro lo haga primero...

de cualquier manera, indiferente si otros lo hacen o no, trataré de cambiar un poco, después de todo, como dice la canción de Axel (celebra la vida) Lleva poca carga a nada te aferres porque en este mundo, nada es para siempre...

Que el Señor ilumine nuestro entendimiento...