domingo, 1 de mayo de 2011

La Paradoja

Me parece que fue Von Humbolt quien dijo que no entendía como el ecuatoriano podía dormir debajo de tantos volcanes, era pobre en medio de tanta riqueza y se sentía feliz con la musica mas triste del mundo.

Comparto plenamente esta aseveración, pudiendo añadir que no se entiende como hay ecuatorianos que defienden la unión sudamericana pero odian a las personas de otras regiones del país; hablan de nacionalismo y adoran el rock; despotrican de los "gringos" y arriesgan la vida para viajar a los EEUU o mandan a estudiar/pasear a sus hijos; dicen que Cuba es una potencia en medicina pero prefieren ir atenderse/morir en hospitales americanos.

Decimos que defendemos "lo nuestro" pero nuestros artistas populares son maltratados y tratados con burla en las redes sociales, por nuestros propios coterráneos.

Por favor, cuidado alguien vaya a pensar que soy "pro-gringo"; sencillamente estoy analizando que nosotros los ecuatorianos somos sumamente contradictorios. Nuestra autoestima es baja; recuerdo cuando estábamos a punto de clasificar al primer mundial de fútbol, salió la famosa frase de "si se puede", que jamás me gustó porque sentía que era aceptar que eramos el patito feo de sudamérica; sentía que la clasificación la alcanzaríamos más por garra que por el hecho de sentir que habíamos crecido futbolisticamente y eso me daba una sensación de que teníamos (¿o tenemos?) un complejo de inferioridad.

Es odioso escuchar como las personas, y hablo de todos los estratos sociales y razas, porque lo he escuchado, dicen "fulana de tal tuvo una hija, es lindísima, es blanquita...." o "tuvo un hijo, es precioso, es rubio". Lo que me hace pensar que 1.- nosotros no nos aceptamos como somos ni nuestras raíces 2.- somos segregacionistas.

Y estas dos cosas son la que están afectando muy seriamente la unión y fortaleza de la nación; no nos sentimos plenamente identificados ni compenetrados una región con otras: "son monos" o "indios" o "chagras" o "negros". Tenemos a flor de piel las expresiones insultantes o hirientes; "mono ladrón" "mono sabido" "tenia que ser negro" "indio sucio" "longo bestia". En esto es donde hay que trabajar muy fuertemente, esperando que no sea demasiado tarde, porque justamente una raza, la raza india, de la cual tengo una línea en mi árbol genealógico, sufrió tantos vejámenes, humillaciones, atropellos, torturas y crímenes, que están reaccionado hacia el otro extremo: me parece que no están interesados en la integración sino en el reclamo de "derechos ancestrales", lo cual incluye justicia propia, reconocimiento de curanderos y chamanes como medicina alternativa, etc.

Lo que voy a escribir es algo que puede mover a mucho debate, pero es lo que pienso: jamas entenderé como un pequeño puñado de conquistadores españoles pudieron derrotar a toda la magnífica nación india. Considero que no solamente existió engaño por parte de los conquistadores, sino también existió traición dentro de la nación, lo que permitió la derrota. El holocausto que siguió es abominable, gracias a Dios no se llegó a la extinción, pero, para mi, esto jamás hubiera ocurrido si hubiera existido una monolítica unión de todas las nacionalidades indígenas. Ciertas nacionalidades indígenas decidieron muy mal a quien apoyar.

Ahora, en el siglo 21, la reivindicación de los pueblos indígenas debería ser la integración en una sociedad multiracial formada principalmente por mestizos, indios y negros, pero, aparentemente, la línea de conducta de los dirigentes indígenas es la separación y la preservación de la pureza de la raza india (¿no es esto racismo?).

El mensaje: aprendamos a valorarnos como integrantes de esta nación, a valorar nuestras razas, a valorar lo que somos y a tener confianza en nuestras capacidades. Aprendamos a ser coherentes entre lo que decimos, sentimos y hacemos. Solo de esta manera saldremos adelante.